Cooperacion Sur-Sur y Triangular y Pueblos Indígenas

Una oportunidad para avanzar hacia los bienes públicos globales.

Con más de 800 pueblos, América Latina es el continente con la mayor población y heterogeneidad indígena del planeta (25,8 millones en 2018). Los pueblos originarios presentan una gran diversidad de realidades territoriales, demográficas y estatus sociopolíticos. Sin embargo, hay algo que les une: junto con las personas afrodescendientes y con discapacidad, la población indígena presenta indicadores de bienestar socioeconómico significativamente más bajos que los promedios generales del resto de la población. Esta situación se ha visto agravada por la crisis sanitaria y socioeconómica producida por la pandemia de la COVID-19, acentuándose la histórica exclusión política y económica de estos pueblos.

De acuerdo con el registro realizado en el Sistema Integrado de Datos de Iberoamérica sobre CSS y Triangular (SIDICSS), la cantidad de iniciativas de Cooperación Triangular orientadas a mejorar las condiciones de vida y el ejercicio efectivo de los derechos de estas poblaciones son llamativamente bajas. Así lo demuestra la investigación Cooperación Sur–Sur y Triangular y Pueblos Indígenas realizada en el marco del proyecto entre la SEGIB y la Unión Europea Una Cooperación Triangular Innovadora para una nueva Agenda de Desarrollo.

Solo el 1,2% de las iniciativas registradas en el SIDICSS corresponde a iniciativas triangulares para y con pueblos indígenas. Eso supone apenas 96 de 7.967 iniciativas de las que se tiene registro entre el 2000 y el 2019. Además, entre las entidades gestoras de esas iniciativas de Cooperación Triangular no aparece ninguna institución indígena.

En 2015, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible reconoció a la Cooperación Triangular como un medio de implementación para avanzar hacia un desarrollo integral y multidimensional. La capacidad de esta modalidad de cooperación para ofrecer innovación, estructuras más flexibles que facilitan el establecimiento de alianzas y respuestas personalizadas a las realidades locales, la convierten en un instrumento muy valioso para incorporar a los pueblos indígenas como objeto y sujeto activo de procesos de desarrollo, que pongan en el centro a las personas y al planeta, cumpliendo así con el mandato de no dejar a nadie atrás.

La gran diversidad de pueblos indígenas, actores, marcos normativos y procesos políticos desafía a la cooperación y complejiza los esfuerzos de construir acuerdos para hacer frente a los temas de interés común. Sin embargo, esta misma diversidad entraña un vasto reservorio de saberes y visiones del mundo que pueden ofrecer respuesta a las grandes encrucijadas de nuestra época, recogidas en la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible. A modo de ejemplo se destaca el relevante rol que juegan los pueblos indígenas en la protección de los recursos hídricos y la biodiversidad en la Cuenca Amazónica, o en el monitoreo de huracanes y tormentas y la gestión de sus impactos en la población que habita en zonas afectadas.

Otra de las conclusiones de la investigación es la evidente falta de recursos concretos dedicados a hacer efectivos los derechos, que de manera amplia ya cuentan con el reconocimiento constitucional y legal de los distintos países de la región. Una CSS y Triangular para y con los pueblos indígenas puede convertirse en una herramienta fundamental para reducir la brecha existente entre ese reconocimiento de derechos y su vulneración sistemática en la práctica.

Enlazando con lo anterior, y siguiendo con las conclusiones del estudio, una CSS y Triangular para y con los pueblos indígenas no alcanzaría su máximo potencial sin el reconocimiento del derecho efectivo de los pueblos y comunidades indígenas a definir y perseguir sus prioridades para el desarrollo. A representarse a sí mismos y tener un rol en los diálogos político-técnicos en los que se adoptan las decisiones sobre la CSS y Triangular que les esté dirigida y de conceder o no su consentimiento para el intercambio de saberes sobre los que detentan derechos. Finalmente, se hace necesaria una cooperación que parta del reconocimiento de su importancia para la salvaguarda del interés general.

Marzo de 2022

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Fuente: Zúñiga, G. (2022). Cooperación Sur–Sur y Triangular y Pueblos Indígenas. Secretaría General Iberoamericana – SEGIB. Madrid.

Fotografía: Azzedine Rouichi en Unsplash