Cultivo de la quinua en condiciones extremas para la seguridad alimentaria
Argentina colabora con Marruecos en producción de alimentos frente al cambio climático y la desertificación.
La quinua es reconocida por su valor nutricional, pero también por su capacidad de adaptación a diferentes condiciones ambientales. Por este motivo, es importante para la seguridad alimentaria actual y futura, ya que se puede desarrollar en condiciones extremas de clima y suelos (FAO, 2023).
Si bien es originaria de la región andina, actualmente se cultiva en distintas partes del mundo. Por ejemplo, en Marruecos la quinua se introdujo en 1999, en el área de Khenifra, a través de un proyecto del Instituto Agronómico y Veterinario (IAV) Hassan II (FAO, 2013). Hoy en día la zona rural de este país se enfrenta a graves problemas de seguridad alimentaria debido al cambio climático y a la desertificación de las tierras, a los que el cultivo de la quinua podría ayudar a contrarrestar.
En este contexto, Argentina está colaborando con Marruecos para el desarrollo de la quinua como alimento complementario y cultivo comercial no tradicional, ya que se adapta a entornos que sufren estrés por la sequía y la salinidad. En efecto, “hay lugares que solo dependen de la lluvia para producir y tienen poca agua de riego”, explica Lucas Guillén, uno de los técnicos argentinos que participa del proyecto (Diario Zonda de San Juan, 10 de mayo de 2023). Con esta iniciativa de cooperación Sur-Sur se busca también aumentar los ingresos de los pequeños agricultores, aliviar la pobreza, generar nuevas oportunidades de empleo e integrar a las mujeres a la cadena de valor de esta semilla.
Además, Guillén, ingeniero a cargo de la Agencia de Extensión del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en Calingasta (San Juan, Argentina) relata que «son muy pocos investigadores que trabajan en Quinoa en el mundo” (Diario Zonda de San Juan, 10 de mayo de 2023) y por eso esta iniciativa tiene el valor adicional de propiciar la circulación del conocimiento que los equipos de ambos países han ido generando e impulsar la colaboración entre los investigadores.
Desde 2019 el equipo técnico argentino realizó tres misiones a Marruecos en las que “se llevó a cabo el montaje de experimentos de campo con el fin de conocer e innovar en el manejo del cultivo de quinua en áreas marginales de Marruecos (Bouchane y Rabat)” y “se avanzó con la elaboración de un Manual de Campo del cultivo de la quinua para pequeños productores en idioma francés y árabe” (INTA, 2022). Durante el 2021, dadas las restricciones a la movilidad producidas por la pandemia de la COVID-19, el proyecto continuó de forma virtual con la socialización de los resultados de la cosecha de las parcelas experimentales (INTA, 2022). La cuarta etapa se concretó en abril de 2023, con la visita de dos técnicas del IAV a distintas provincias argentinas (Tucumán, Catamarca, La Rioja y San Juan), en donde pudieron ver los campos experimentales y participaron de seminarios y capacitaciones técnicas. Restan dos etapas a realizarse en 2024.
El proyecto es financiado por el Fondo Argentino de Cooperación Internacional (FOAR) y ejecutado de parte de Argentina por el INTA y la Fundación Miguel Lillo (FML). La contraparte técnica en Marruecos es el IAV Hassan II.
Entre el 2010 y principios de 2022 el INTA ha llevado a cabo 158 proyectos de cooperación técnica Sur-Sur y Triangular con el FOAR y diferentes socios nacionales e internacionales de diversas regiones del mundo, que implicaron más de 450 misiones y a más de 1.100 profesionales, en una variedad de temáticas (INTA, 2022). En la publicación Alianzas estratégicas del INTA (2022) en la que se analiza al detalle la cooperación de estos años, se señala que:
En gran parte de los proyectos se realizaron capacitaciones complementarias a las planificadas, se elaboraron publicaciones sobre resultados destacados, se participó en concursos para obtener financiamiento internacional de terceras fuentes y se obtuvieron donaciones para la compra de insumos para potenciar los proyectos y, ante la pandemia por COVID-19, más allá de las limitaciones a los intercambios in situ, gran parte de los proyectos vigentes avanzaron a partir de la realización de actividades virtuales (Pág. 121).
El estudio citado concluye que es necesario continuar vigorizando la cooperación Sur-Sur y Triangular para encontrar soluciones a los problemas que impiden el crecimiento sostenible y el bienestar de las poblaciones, especialmente de cara a las generaciones futuras (INTA, 2022).
Octubre de 2023
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Fuente: SEGIB a partir de Agencias y Direcciones Generales de Cooperación y Diario Zonda de San Juan (2023), FAO (2013) (2023) e INTA (2022).
Fotografías: Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de Argentina.