Un Día para reconocer el aporte de la Cooperación Sur-Sur al desarrollo

El 12 de septiembre la comunidad internacional celebra el Día de la Cooperación Sur-Sur, un momento especial para reconocer su rol como motor del desarrollo sostenible.

En el año 2003, la Asamblea General de la Naciones Unidas (AGNU) decidió, en su resolución 58/220, conmemorar anualmente el Día de la Cooperación Sur-Sur (CSS). Las primeras celebraciones, a partir de 2004, tuvieron lugar el 19 de diciembre. En 2011, la fecha se modificó al 12 de septiembre, haciéndola coincidir así con la conmemoración de uno de los hitos fundacionales de la Cooperación Sur-Sur (CSS): la aprobación, por parte de 138 Estados y por consenso, del Plan de Acción de Buenos Aires (PABA) sobre Cooperación Técnica entre Países en Desarrollo (CTPD).

En este sentido, el impulso a la celebración anual de este Día de la Cooperación Sur-Sur fue de la mano de un proceso de creciente reconocimiento a la CSS y a la Cooperación Triangular y a su aporte al desarrollo. En este proceso ha sido clave todo lo sucedido en las dos últimas décadas, coincidiendo con el impulso a las Agendas globales para el Desarrollo que han ido guiando y transformando el sistema de cooperación internacional al desarrollo y el modo en que este se articula.

En efecto, en septiembre del año 2000, 189 Estados miembros de las Naciones Unidas se reunieron en su sede de Nueva York para firmar la Declaración del Milenio, un documento sin precedentes, que dejaba sellado el compromiso de la comunidad internacional para establecer una alianza mundial que permitiera avanzar, con el horizonte puesto en 2015, en la reducción de la pobreza. Cumplido ese horizonte, Naciones Unidas realizó una evaluación de la Agenda del Milenio que constataba lo acertado de esta apuesta (Naciones Unidas, 2015; p.3). Los notables logros alcanzados, sin embargo, no debían esconder los retos y desafíos todavía existentes. Por ello, el compromiso se reimpulsó, bajo nuevas fórmulas, el 25 de septiembre de 2015, cuando 193 líderes mundiales aprobaron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

La transición entre ambas Agendas no fue sencilla e incorporó tensiones, por un lado, sobre la narrativa del propio desarrollo (que pasó a entenderse de un modo más multidimensional que el que había estado rigiendo hasta entonces, centrado en la reducción de la pobreza) y por el otro, sobre un sistema de cooperación internacional que mostraba ciertos síntomas de agotamiento y necesitaba de algunos cambios. Uno de estos cambios se concretó en el reconocimiento de las modalidades de CSS y Triangular como herramientas para una implementación efectiva para el Desarrollo Sostenible.

El reconocimiento al aporte que la CSS y Triangular pueden suponer para el Desarrollo Sostenible fue reafirmado, por la misma comunidad internacional, durante la celebración de la Segunda Conferencia de Alto Nivel sobre CSS de las Naciones Unidas que, en marzo de 2019 y en Argentina, conmemoró el 40 aniversario del Plan de Acción de Buenos Aires (PABA) de 1978.

Y aunque la conmemoración del PABA+40 supuso sin duda un momento cumbre en el reconocimiento a la CSS y Triangular, se trata de un proceso que venía gestándose con anterioridad, tal y como sugiere una revisión del modo en que ambas modalidades habían sido tratadas en los sucesivos eventos internacionales que, desde el 2000 hasta la actualidad, fueron acompañando el cumplimiento de las Agendas para el Desarrollo.

La CSS y CT en las Cumbres sobre Cooperación y Desarrollo (2000-2021)*

El esquema realiza un seguimiento del modo en que ha evolucionado dicho tratamiento. Su observación permite ver cómo, bajo la Agenda de la Financiación al Desarrollo, el tratamiento de la CSS y Triangular pasa del fortalecimiento de experiencias a una visión más amplia, de reconocimiento del rol que pueden jugar en la consecución de los ODS. Del mismo modo, bajo la Agenda de la Eficacia de la Ayuda y de la Cooperación al Desarrollo, se pasa de la ausencia de mención a reconocer su mayor eficacia y contribución al desarrollo, y a protagonizar parte importante de las Iniciativas voluntarias que se proponen e impulsan para avanzar en los logros propuestos.

La pandemia ha supuesto cierta ruptura. En este sentido, la única Cumbre sobre Financiación al Desarrollo que ha tenido lugar en plena vigencia de la Agenda 2030 data justo de 2020, y su foco ha estado en la promoción de una financiación que dé respuesta a la grave crisis provocada por la COVID-19 y que promueva una recuperación que trate de preservar los avances en términos de Desarrollo Sostenible.

La tarea es difícil y el reto de los más complejos enfrentados en los últimos años. Las líneas de acción propuestas no prevén a priori un rol concreto a la CSS y Triangular. Sin embargo, los estudios realizados desde la propia SEGIB para analizar el potencial que ambas modalidades tienen en la respuesta a la COVID-19, sugieren lo mucho que se puede aprender de experiencias pasadas y el enorme potencial que desde la CSS y Triangular se tiene para contribuir en una respuesta a la pandemia que además apueste por seguir avanzando en el logro de un desarrollo sostenible. Seguramente, este 12 de septiembre, es un buen Día para reconocer y reivindicar el rol que la CSS y Triangular deben jugar como motor de desarrollo.

Septiembre de 2021

* Fuente: SEGIB a partir de Rivero y Xalma (2019). “Iberoamérica y la Cooperación Sur-Sur frente a las encrucijadas de la agenda internacional para el desarrollo” en Documentos de Trabajo nº 16 (2ª época), Fundación Carolina, Madrid.