Cooperación Triangular innovadora en Iberoamérica y Agenda 2030
Cooperación triangular innovadora y alineada a la Agenda 2030 como oportunidad para transformar el sistema de cooperación al desarrollo.
El reciente estudio La Cooperación Sur – Sur y Triangular y la Agenda de Desarrollo Sostenible en Iberoamérica: Nudos críticos y horizontes en la respuesta a la COVID–19, publicado por la SEGIB, realiza un recorrido por el estado de implementación de la Agenda 2030 en América Latina en el contexto de la COVID-19 —entendida por el autor como sindemia. A la vez, analiza el proceso de adaptación de la Cooperación Triangular (CTr) a los cambios producidos durante el período de transición entre agendas del desarrollo y presenta algunos apuntes para potenciar su la capacidad transformadora.
Con relación al segundo punto, el documento refleja cómo han evolucionado los debates en torno a la forma de entender la CTr y su rol dentro del Sistema de Cooperación Internacional al desarrollo. El repaso parte del primer reconocimiento tácito a esta modalidad de cooperación en el Plan de Acción de Buenos Aires (PABA) de 1978 y se establecen los cimientos de la CTr desde un llamado a la equidad y la justicia en el nuevo orden económico internacional.
A esta etapa le sucede el período comprendido entre 2008 y 2015, momento en el que coexisten intentos de hacer que la CSS se ajuste a la agenda de eficacia a través de la CTr (Accra, 2008) con visiones que pasan de considerar a la CTr como modalidad subordinada a la CSS (Foro de Cooperación al Desarrollo del ECOSOC, 2007; Conferencia de Alto Nivel sobre la CSS en Nairobi, 2009), a otras que la entienden como una modalidad híbrida pero diferente de la cooperación Norte-Sur y de la CSS (Policy Dialogue on Development Co-operation en México, 2009).
Posteriormente, se establece el nuevo marco global marcado por la aprobación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en 2015, bajo el que se abre un debate entre quienes resignifican a la CTr desde una perspectiva de desarrollo sostenible y de asociaciones multiactor y entienden que esta modalidad de cooperación puede contribuir a la conformación de alianzas para el desarrollo sostenible y el logro de los ODS; y quienes la consideran un instrumento para promover intereses de los donantes.
Una vez realizado este recorrido histórico, las conclusiones principales del estudio parten de considerar que las oportunidades de transformación de la CTr dependerán de su capacidad de alineación con la Agenda 2030 y de la disponibilidad de mecanismos innovadores, que habiliten una reforma de las narrativas y prácticas vigentes en el sistema internacional de cooperación al desarrollo. En este sentido, el estudio apunta a la existencia de una narrativa cada vez más presente en los foros internacionales que presenta a la CTr como transformadora. Desde esa perspectiva, la CTr es coherente con la Agenda 2030, impulsa un cambio sistémico a través de asociaciones multiactor en red, intercambio de conocimientos, creación conjunta e innovación. No obstante, en la práctica se advierte que este tipo de cooperación aún mantiene lógicas asimétricas, respeto de jerarquías, verticalidad, concentración sectorial, estado-centrismo y altos costos de transacción.
En esa concepción transformadora de la CTr el espacio iberoamericano tiene mucho para aportar. La discusión sobre la identidad y el carácter diferencial de la CTr respecto de la cooperación Norte-Sur y de la CSS ofrece una oportunidad para que sus principios permeen al sistema de cooperación al desarrollo en su conjunto. Uno de los principales retos futuros de la SEGIB, concluye el estudio, es ayudar a que así sea.
El estudio se realizó en el marco del proyecto cofinanciado por la Facilidad Regional Europea para el Desarrollo en Transición: Una Cooperación Triangular innovadora para una nueva agenda de desarrollo.
Abril de 2022
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